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El Sufí Rojo

 

El Sufí Rojo nacerá en el siglo XXI en una villa costera de la actual Taifa de Mursiya. Conocida por sus águilas, que patrullan un promontorio cercano a la costa, recibe la pequeña ciudad ése nombre. Adoptará de su familia el gusto por la lectura y la espiritualidad. Será músico en sus años mozos y escribirá mucho, casi tanto como leerá. Será un hijo de la tierra de los castellanos y de la cultura de Al Ándalus, pero sobre todas las cosas será un discípulo del bahr al abyad al Mutawassit, el blanco Mediterráneo.

Ese deseo impetuoso de conocer el mundo que se le muestra a sus ojos le llevará a estudiar Turismo en la universidad- aunque siempre quiso ser periodista-, antropología y posteriormente, las culturas del Libro. Pero no se abrigará con alguna de las estudiadas, sino con todas ellas, ya que su mente viajará por las ideas tanto como sus pies por el mundo, y atesorará conocimientos como piedras de playa en sus bolsillos: caminando sobre todos ellos, y guardando los buenos. Estudiará los idiomas del norte, inglés y francés, -adonde viajará para mejorarlos- e intentará con ahínco conocer la lengua de los árabes. Recorrerá las tierras del al Ándalus y las tierras de Castilla, donde tiene mucha y abundante familia, y estudiará las tierras del norte escocesas, pero su deseo de cononocer, allente los mares hasta la China no cesará, por mucho que viaje.

Trabajará de joven en los campos, pintando casas o atendiendo librerías, y más adelante en fondas, grandes empresas,  fundaciones y donde se le requiera. Entenderá que la vida es más dura de lo necesario y  que la injusticia, la mayor parte de las veces, no viene sino de los hombres. Se interesará por conocer lo divino, lo profano, la política y el poder. Se dará cuenta de que existe el conocimiento necesario para ser feliz uno mismo y en sociedad. Pero éstas ideas  se ocultan por el hombre egoísta.

 

Él combatirá heroicamente, pero su destino pesará sobre él: el horóscopo de los cristianos dice que pertenece a los hombres del viento y de la balanza: la segunda parece ser azotada por el primero, porque luchará por mantener el equilibrio tanto personal como social. Así como el Mutawassit, es él: entre dos tierras, dos hombres, dos ideologías. Rayo que no cesa, portará en una mano el instrumento, y en otra el símbolo, intentando decirnos con denodado esfuerzo que no hay blanco ni negro, sino tan sólo un espejo, manchado, en nuestras mentes.

Curriculum Español 2016

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